Este es un espacio de reflexión personal. Quiero compartir lo que siento y pienso, el momento vital en el que me encuentro en cada momento.
No creo en estos espacios como medio de darse a conocer, pero en un momento social en el que percibo que a pocos les importa lo que le pase a cada uno, creo que es una buena herramienta para que aquellos que se interesen en otros y, en este caso, en mí, puedan saber algo más y les sirva de trampolín para que iniciemos una conversación.

miércoles, 26 de mayo de 2010

PUERTAS

En este momento de mi vida, me vuelvo a parar y observo una serie de caminos que terminan en puertas. Cada día intento avanzar en esos senderos. Unas veces ando más en unos que en otros, hay días en los que hay caminos que no ando, incluso hay periodos en los que dejo sin andar algunos de ellos en pos del avance en otros.
Pero el problema está cuando algunos de esos caminos me impiden seguir en el resto o no me permiten poder andar otros nuevos que deseo y que me mostrarán paisajes que anhelo contemplar.
Tengo que llegar hasta el final de esos caminos y cerrar puertas. Algunos de ellos están obsoletos y son aquellos en los que más me cuesta seguir. Hay muchas irregularidades en el terreno, mucho lodo que provoca que mis piés se queden anclados. Es como le ocurrió a Ártax, el caballo de Atreyu, cuando en su tristeza se dejó atrapar. Me cuesta avanzar en ellos, me sobran y no los quiero, pero si no llego al final, no seré justo conmigo mismo ni con los que me rodean.
Mañana empiezo el sprint final en uno de ellos; La Licenciatura de Pedagogía, que traerá consigo, de la mano, los Expertos y el Máster en Pedagogía Social. Es el camino más duro pero el que antes quiero terminar. Tengo un proyecto vital en mente que necesita estas puertas bien cerradas. Se acabó el lodo.
Empezaré a creer en el Golden. Siempre positivo. En julio, Pedagogía será un proceso pasado, una serie de recuerdos y aprendizajes, y un puto papel, un puto y carísimo papel. Quedará terminada otra poesía educativa.

Polígono Norte; un sueño, un reto


Quiero comenzar mi bloc hablando de una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido en los últimos años. Esa experiencia es mi implicación en el Polígono Norte.
Todo comienza, de manera casual, en mis primeras prácticas de Pedagogía. Eran 10 días solamente y yo había hecho las elecciones por cercanía, ya que lo que quería era un colegio público y no tenía otro criterio. Me tocó el CEIP Blas Infante, donde pasé dos semanas preciosas en las que crecí mucho como educador, consiguiendo tener una visión de lo que es un aula que antes no tenía y conociendo, por primera vez, una realidad para mi desconocida, la de los barrios desfavorecidos.
Cuando poco tiempo más tarde nos decidimos a crear una asociación y nació Abril, me acordé de este centro para hacerle una propuesta de actividad. De nuevo, el Blas Infante respondió, no sólo acogiéndonos, sino guiándonos para poder saber qué teníamos que hacer si queríamos crecer en ese barrio.
Desde entonces, me he llevado tres años trabajando, observando, reflexionando, hablando con gente experimentada, conociendo la realidad del Polígono Norte y prestando mis servicios de la mejor manera posible.
He intentado asistir a las reuniones que ha habido de mesa de educación, faltando muy poquitas veces, creo que una o dos, me he involucrado de lleno en las responsabilidades de la Asociación; la Plaza del Olivo, el Grupo de Madres y Padres, los Talleres de prevención del absentismo... y también he desarrollado mi trabajo y mi formación allí. El trabajo a través de una taller de habilidades sociales en el IES Inmaculada Vieira y del Socioeducativo del Ayuntamiento para adolescentes. Mi formación, a través de solicitar las prácticas en Plan en barrios, durante un mes, con el objeto de conocer todos los entresijos del movimiento social en la zona.
Todo este tiempo me he sentido como una persona que tenía mucho que aprender y mis esfuerzos han estado orientados a trabajar, observar y reflexionar.
Hoy la cosa ha cambiado, siento que puedo aportar cosas que no están o que escasean, siento que mi posición en la mesa va a cambiar poco a poco, siento que mi rol es distinto y siento que la repercusión será distinta.
Tengo una visión social del Polígono Norte que quiero empezar a poner sobre la mesa. Me empiezo a alinear y quiero liderar los cambios desde la posición en la que esté. Darle un vuelco al barrio es un reto, un sueño.
Ahora me siento distinto. Tengo la sensación de haber dado los pasos adecuados en mi vida para poder estar donde estoy ahora, pudiendo servir a este mundo tan loco con herramientas muy potentes. Después de muchos versos escritos, se percibe una obra completa, una poesía educativa. Ahora se están empezando a escribir los primeros versos de un poema que quedará precioso y que hará que haya personas que sean más felices de lo que hoy lo son.