lunes, 14 de junio de 2010
ESPERANDO UN NUEVO AMANECER
Lo más duro el día es el despertar. Suena el despertador, mi mente sale del limbo y comienzan las preocupaciones y quehaceres y, sobre todo, aquello que está pendiente y que debería haberse solucionado. Despertar es como salir de un sueño para entrar en una pesadilla. Por eso, evito salir de la cama.
Son muchas las mañanas que he aguantado entre sábanas esperando quedarme de nuevo dormido y olvidar todo lo que se me viene encima. Y así me han dado muchas horas anestesiado.
Hoy busco un nuevo amanecer; que suene el despertador y me levante de un salto, que veloz me ponga en las tareas, que tenga energías y no vacile en ponerme manos a la obra.
Necesito despertar de otra manera y otro día hablaré de la soledad....
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